HIROSHIMA, MON AMOUR




Hiroshima, mon amour (1959) es el primer largometraje de ficción de Alain Resnais con guion de Marguerite Duras. Se integra dentro de la Nouvelle Vague.

Sinopsis

Dos desconocidos, una actriz francesa y un arquitecto japonés, tienen un encuentro sexual fortuito en Hiroshima mientras ella está rodando una película. En las conversaciones que entablan ella rememora los traumas vividos al final de la guerra en Nevers.

Primeras impresiones

Coincidimos todos en que Hiroshima, mon amour es una joya. Una película muy intensa que te deja un poso que dura mucho tiempo. Estéticamente es hipnótica, de un gran lirismo tanto por las imágenes, la cadencia de los planos como por la forma de hablar de los personajes, que es casi recitado. Produce un gran extrañamiento, como si fuera un sueño. El guion es también muy poético.

Contexto y recepción

Hiroshima, mon amour se estrena en 1959 año de consolidación de la Nouvelle Vague.

La Nueva Ola comienza a tomar forma en 1958, cuando Claude Chabrol dirige dos películas gracias al dinero que su mujer obtiene de una herencia. Serán las obras de Truffaut Los 400 golpes (1959) y Alain Resnais Hiroshima mon amour (1959) las que despertaron la atención y sentenciaron el advenimiento del nuevo fenómeno cinematográfico. El proceso de consolidación de la Nouvelle Vague quedó de manifiesto en el Festival de Cannes de 1959, donde resultaron ganadores: Truffaut recibe el premio a la dirección por su película Los cuatrocientos golpes (Orfeo negro de Marcel Camus fue galardonada con la Palma de Oro) y Resnais obtuvo un gran éxito con su obra Hiroshima mon amour. Wikipedia

Resnais venía del documental. Anteriormente había rodado Noche y niebla, un documental sobre los campos de concentración nazis, que guarda muchas similitudes formales con la película.

Según parece, Resnais quería adaptar una novela de Duras y se citan a para discutir la cuestión. Es en estas conversaciones previas cuando sale el tema de la bomba atómica y surge la idea de la peli, que en principio iba a ser un corto, y al final dio para 90 minutos.

Las características de la Nouvelle Vague se pueden reconocer en Hiroshima mon amour: localizaciones reales, bajo presupuesto, sonido directo, cámara en mano, jump cuts, uso del plano secuencia. Tiene además la impronta personal de Resnais (se trata, por tanto, de cine de autor) y se indaga en el tema de las relaciones de pareja con protagonistas que se encuentran perdidos en la vida. Concretamente el rasgo más personal que descubrimos, además de la omnipresente voz en off, es el tono surrealista que vamos a encontrar en otras de sus películas. Alain Resnais dijo:

 

Nunca renunció a que en su obra pudiera equipararse al encuentro de un paraguas y una maquina de escribir sobre una mesa de disección.


Al parecer, fue un escándalo por plantear una historia de amor en ese contexto tan brutal ya que los acontecimientos estaban muy próximos y parecía un poco banal poner una historia de amor en paralelismo con una tragedia de la dimensión de Hiroshima. Fue rechazada por una gran cantidad de distribuidores. La presentación en Cannes era crucial para su carrera comercial. Sin embargo, la comisión encargada de valorar su participación temía que la peli molestase a los americanos y la rechazó ocultando sus motivos y proponiéndola fuera de concurso.

Sobre el casting



Los protagonistas, cuyos nombres no conocemos, son interpretados por Emmanuelle Riva y Eiji Okada. Ambos tienen largas carreras. Nos ha sorprendido que Emmanuelle Riva sea la abuelita de Amor de Haneke. No la habíamos reconocido.

La elección de Eiji Okada, según cuenta la propia Durás, un hombre muy atractivo con rasgos asiáticos poco marcados, fue intencionada. Se intentaba evitar el exotismo y todas las connotaciones negativas que trae consigo (racismo, colonización, etc.)

Estructura

La película tiene dos partes claramente diferenciadas, aunque la estructuración se hizo en base al tiempo mental y no al real. De esta manera el flashback desaparece y se adopta una cualidad tonal cercana al surrealismo.

  • La primera parte, con esa larga introducción, a modo de documental, de donde venía Resnais, en el que se nos ubica como espectadores y se nos da a conocer a los protagonistas y su noche de amor. El arranque es pura poesia, sin estridencias, ni músicas. Tremendamente inteligente y sutil: esos cuerpos entrelazados, siendo uno, cubiertos de ceniza, lluvia, sudor... parecen los cuerpos fosilizados de la catástrofe de Pompeya. Eros y tánatos, amor y muerte. El estilo es contemporáneo y vanguardista.



  • La segunda parte arranca de la larga confesión que hace la protagonista al japoné. Tiene momentos memorables: la conversación, donde ella nunca le mira, hasta los sopapos que le da, la escena del espejo, la transformación del japonés en el alemán, la escena del paseo nocturno por Hiroshima alternando con imágenes de Nevers, la escena final. Pasamos del tono documental de la primera parte a un tono onírico muy interesante, que puede recordar en ocasiones a Lynch:

    • Al inicio del mismo el japones la deja y se pierde en las sombras, luego se coloca a sus espaldas, ella sigue andando, andando, ignorándolo como a un fantasma, hasta que se queda solo en el plano y, posteriormente, cuando reaparece vuelve a surgir de las sombras.

Una de las preocupaciones de Resnais y Duras era que la historia de Nevers invadiera a la de Hiroshima, por lo que este aspecto está muy cuidado y se llega a una posición de equilibrio. Creemos que se logra, a pesar del espacio narrativo que ocupa Nevers, gracias a las imágenes reales de Hiroshima que se quedan grabadas en la retina del espectador.


La adaptación

En cuanto al guion nos parece que está muy bien, pero que es la unión de guion-imagen lo que coloca la propuesta a un nivel muy alto y un ejemplo de cómo un texto con una enorme carga poética se puede convertir en imágenes que enfaticen el sentido de la obra.


Interpretaciones y elucubraciones

Hiroshima, mon amour es una película con muchísimas capas que ha dado para una larga charla. Algunas de las ideas que hemos expuesto son las siguientes:

- Hiroshima, mon amour es tal vez esa película sobre la paz que está rodando la protagonista, como un juego metaficcional. Como si ellos dos representaran las dos facciones de la guerra.

- Es una historia de amor y de no querer olvidar el dolor de la guerra y sus consecuencias. En cierta forma esto queda representado en la relación de los protagonistas:  si el japonés se convierte en un nuevo amor imposible, va a reemplazar a su primer amor y en el fondo ella no quiere olvidarlo. No quiere olvidar ese horror, igual que no hay que olvidar los horrores de la guerra.

- La mezcla de imagen real documental, reconstrucción y ficción viene a ser una metáfora de la forma en que construimos los recuerdos.

- Los dos amores de la protagonistas tienen en común que son el enemigo, un alemán y un japonés. Es como si quisiera decir que el amor no conoce enemigos. Sin embargo, el alemán era militar (destrucción) y el japonés arquitecto y político (construcción). Parece que repite la misma historia pero de manera que el fin sea positivo y no una tragedia.

- La historia de amor es una excusa para hablar de algo más profundo: la curación de los traumas causados por la guerra. El amor se utiliza como un factor para hablarnos de la memoria, del recuerdo, del horror.

- La escena en que el japonés actúa como si fuera el primer amor de ella, el alemán muerto es muy perturbadora. Ella necesita ese acto casi teatral para redimirse y superar que muriera en sus brazos y los hechos posteriores (que la raparan, la encerraran y tuviera que huir en mitad de la noche). Ella había logrado rehacer su vida y ser feliz con su familia, pero había reprimido esos sentimientos y le quedaba la cicatriz abierta. 



Está, además, pidiéndole perdón al muerto porque este nuevo amor significa el olvido. Ahí es donde la peli se imbrica con el no olvidar Hiroshima. Es necesario contar los traumas individuales o colectivos a través de conversaciones, poemas, documentales o películas. Las texturas oníricas de esa larga escena nos remiten al cine de Lynch.

El dolor de ella no es el dolor de que su amante muera en sus brazos. Es el dolor que se prolonga más de una década, como las secuelas de la bomba en la población inocente. La escala de la tragedia adquiere dimensiones geológicas.

¿Cómo actúa él ante esta confesión? Sería normal que él saliera espantado, pero realmente se alegra de que se haya abierto con él y quiere que ella se quede.

- Ella cree que ha visto Hiroshima, pero lo que ha ocurrido allí es inefable. Como inefable es el dolor que ella ha sentido. Hay una especie de "escalamiento" la herida individual (ella) < la herida como especie (Hiroshima).

- Para ella Hiroshima es el día que terminó todo, la guerra y su reclusión. Hiroshima es positivo para ella. Él es Hiroshima como dice al final.

- Nos ha parecido un poco desequilibrado que sepamos tan poco del protagonista masculino. El japonés arrastra el no haber estado en Hiroshima el día de la bomba. Ser un superviviente de aquel horror tuvo que doler muchísimo. Lo imaginamos, pero no es tan explícito como en el caso de ella, lo cual puede ser incluso más terrible. Puede que el dolor de ella tenga más capas y por eso sea necesario narrarlo. Él vive el síndrome del superviviente. No es necesario contarlo porque lo imaginamos. Además, la película no daría para desarrollar dos tragedias individuales.

Realmente, el personaje masculino podría haber sido cualquier otro superviviente, porque no está individualizado por un trauma particular, como ella. En la escena final ella es Nevers (¿qué ocurrió en Nevers? Su tragedia) y él es Hiroshima (¿qué ocurrió en Hiroshima?) El dolor individual unido al dolor colectivo en un acto terapéutico.

- La escena del espejo nos parece muy fantastique, con ellá hablándose a sí misma y cometándose en off.


Sobre la locura

Dos años más tarde del estreno de Hiroshima, mon amour, Foucault publicaba su Historia de la locura en la época clásica, donde recoge todo ese tipo de prácticas desde la antigüedad y critica el escarnio a los locos y su apartamiento de la sociedad, con algunas secciones centradas en Francia. El libro es una revisión de su tesis doctoral, así que se podría pensar que es posible que Resnais conociera parte del trabajo de Foucault y lo plasmara de alguna manera en la película.

La propia neurosis de la guerra lleva implícito que se piense que por enamorarse del enemigo esté loca. Y que sufra por su muerte, la muerte del enemigo, la hace más loca todavía.

El escarnio al que es sometido la protagonista, ¿es por la traición que ha cometido o por su estado mental?



La memoria y el olvido

Hemos concluido que el tema central de la película es la memoria y el olvido.

Ellos son olvido ya. Mira cómo te olvido dice ella. Pero el olvido es traición del que olvida, de ahí el largo paseo y la escena del espejo.

El recuerdo puede ser igual de doloroso, si no se logra asumir el trauma, que aquí se logra a través del relato. La narración preserva el recuerdo y no el dolor. Digamos que lo hace manejable y tolerable. Una vez que eso sucede, la vida puede continuar y abrirse paso.

Sobre la música

La banda sonora corre a cargo de Georges DeLerue, autor también de muchísimas de las bandas sonoras de las películas de Truffaut. Son temas de una gran sutileza y sensibilidad.  Aunque estamos de acuerdo en que según avanza la película la música pierde el punto vanguardista para ofrecer composiciones más convencionales, que podrían cuadrar con cualquier historia de amor y pierde fuerza. 


Las imágenes de recuerdos de Nevers las filmó con un trípode para remarcar que están fijadas en la cabeza de la protagonista. Además, los planos son mucho más amplios y alejados intentando plasmar la idea de la lejanía del recuerdo.


Otras películas

Hirohima, mon amour nos ha evocado algunas otras películas: 

  • Te querré siempre (1954) de Rossellini nos ofrece también una historia de amor entre ruinas. 


  • También la recién estrenada Luxor, que no hemos visto aún, parece que indaga sobre el mismo tema. 


  • En la propia película hay un homenaje a Casablanca.


  • Orfeo (1950) de Cocteau, por sus planteamientos surrealistas. 

Fragmento de poema de Pedro Salinas sobre Hiroshima

«Invitación al llanto. Esto es un llanto,

ojos, sin fin, llorando,

escombrera adelante, por las ruinas

de innumerables días.

Ruinas que esparce un cero –autor de nadas,

obra del hombre–, un cero, cuando estalla. […]

¿Se puede hacer más daño, allí en la Tierra?

Polvo que se levanta de la ruina,

humo del sacrificio, vaho de escombros

dice que sí se puede. Que hay más pena.

Vasto ayer que se queda sin presente,

vida inmolada en aparentes piedras.»


Anton Zoran Music: El pintor del horror de Dachau




Para saber más


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